Referencia: Corral Mexicana
Precio (sin combo): $14,700
Precio (en combo): $20,900
Foto de la publicidad:
[Tomada de la página web de El Corral]
Foto real:
Descripción oficial:
"Carne, lechuga, tomate, cebolla, salsas con queso americano, frijol refrito y guacamole."
Experiencia:
Si algún día quieren relajarse, alejarse del tormentoso tráfico y ambiente caótico de Bogotá sin necesidad de alejarse mucho y comerse una buena hamburguesa, entonces El Corral Campestre es una excelente opción. Un sábado, mientras la autopista norte se congestiona, la mejor forma de llegar es irse por la séptima hacia el norte. No importa cuántos semáforos de la séptima coja en rojo, siempre será más rápido que la autopista norte un sábado. Uno se va por toda la séptima, pasa la zona de los moteles (para que se ubique), no para en los moteles sino que sigue derecho, pasa el peaje y por ahí en algún momento a la derecha aparece El corral Campestre. Tranquilo que no se va a pasar, es bastante grande y su logo es inconfundible.
El sitio cuenta con un buen número de parqueaderos, una sección bajo techo donde se encuentra la barra para hacer el pedido y reclamar los platos, una gran cantidad de mesas bajo techo y otras tantas al aire libre con sombrillas. El sitio es perfecto para ir en familia, con niños. Cuenta con gran cantidad de atracciones para niños de todas las edades: piscina de pelotas, rodaderos, castillos de madera y hasta una pista de cuatrimotos para niños. El parque de los niños tiene de todo excepto columpios, lo que me parece algo bastante inteligente porque al haber tantos niños, más comida, más papás distraídos puede haber muchos accidentes. Sin embargo existe una atracción donde los niños se deslizan por un cable, pero deben ser de cierta estatura y está aislado del resto de las atracciones para evitar accidentes. Al final de los rodaderos sus hijos caerán en un suave piso de corcho; me gustó ese detalle, me dan ganas de tener la casa tapizada con corcho, es muy suave. También hay mesas de futbolito para los más grandes.
Si tiene la fortuna de que le haga buen clima como nos hizo a nosotros, pasará un rato bastante agradable. Hasta se le olvidará que fue a comer. La elección de esta vez fue sencilla: una que no hubiera comido antes, al azar: Corral Mexicana sería.
Si a usted le gusta la comida mexicana por lo picante, tal vez se va a sentir engañado. Yo trato siempre de evitar las cosas picantes y supongo que por hacerlo soy bastante sensible a su efecto. Un ají que sea considerado no picante por una persona promedio me picará en la lengua hasta que consuma un litro de agua. Me preocupaba un poco que fuera muy picante y que tuviera que comprar otros 3 vasos de té helado. Pero no, no es para nada picante y eso me gusta, no había por qué temer.
Tal vez su aspecto no sea tan agradable: el fríjol refrito que trae y el guacamole no es que se vean muy sexies. La porción de fríjoles que trae es generosa y justamente por eso y por su consistencia, se va escurriendo lentamente, con paciencia por fuera del pan, llevándose consigo el aguacate y dejando un buen pedazo de relleno en el papel de envoltorio.
Sin embargo el sabor es muy bueno, trae además tomate, lechuga picada, cebolla, queso y las acostumbradas y bien medidas salsas y el pan con su sutil tostado. Era la primera vez que me comía una con frijoles y estuvo bien, muy bien. No creo que vaya a estar dentro de mis favoritas de El Corral pero es cuestión de gustos. He probado otras que son más sencillas o más grandes pero con menos ingredientes y las disfruto más. Tal vez el fríjol no es un ingrediente natural para ellas y mi paladar prefiere siempre lo simple, pero sé que si usted es aficionado a la comida mexicana, con seguridad le va a gustar.
De todas maneras, el lugar es excelente y aparte de vender las mismas referencias de las demás sucursales, venden un Lomo Campesino para 4 personas que sólo se consigue en esta sede, vale como 80,000 y se ve bastante apetitoso.
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